Observé las pinceladas
cada una de ellas; delicadas
pintaban una imagen
que te hacía pensar,
y tal vez
si mirabas bien
cedías el paso a una lágrima
para hacerte y deshacerte al llorar.
Observe hasta estar adentro
porque me encontraba
y me extraviaba
tratando de comprender
cada color, cada técnica
que mis ojos podían ver.
Amé lo que hizo con mis pensamientos;
llevándolos hasta sus cimientos
obligándolos a comprender,
a ver, a creer,
a interpretar cada centímetro
de ese arte perpetro.
Y tal vez estoy enamorada
de la mente de un pintor.
ME GUSTO
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muy lindo poema. Y creo que tienes razón. A veces una mirada basta para conmover el alma, para sacudir el corazón, para amar esa imagen que externa parece dibujar tu interior.
Por eso, quienes pintan son tan geniales.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me alegra que opines lo mismo y si, debe ser muy difícil trasmitir tus emociones mediante una pintura.
Me gustaMe gusta